Pastillas contra el dolor ajeno: una campaña de Médicos sin Fronteras.

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Pastillas contra el dolor ajeno: una campaña de Médicos sin Fronteras.

Las agencias -grandes y pequeñas- suspiran por contar entre sus clientes con una ONG.  Se supone que ello les da vía libre a la hora de aplicar "su creatividad".  Daría la impresión que los directivos de las ONG´s están más abiertos a las nuevas ideas y en especial, a cualquier iniciativa que suponga crear lazos emocionales con el target.

El trabajo de comunicación de toda ONG es arduo y  difícil: compiten entre sí por la atención de un público difícil de contactar y de activar.  Estamos demasiado ocupados en nuestros quehaceres diarios -rara vez trascendentes, hablo por mí mismo-, como para interesarnos en los ajenos.

Por ello toda ONG debe librar una dura batalla, siempre con medios escasos, para llegar hasta nosotros, exponernos su proyecto, dotarle de la suficiente credibilidad y desarrollar nuestra preferencia versus el resto de iniciativas solidiarias.

Hace varias semanas que me llama poderosamente la atención el intenso e imaginativo trabajo de Médicos sin Fronteras.

Caja-pastillas-contra-el-dolor-ajeno El pasado jueves me llegó su invitación para acudir a la presentación de su nueva campaña "Pastillas contra el dolor ajeno" en la Academia del Cine en Madrid.  Conozco a Médicos por ser el destinatario del disco benéfico de versiones de los Beatles que acabamos de lanzar en Pop Up Música.

La campaña va destinada a recaudar fondos para combatir enfermedades olvidadas en el mundo desarrollado como la tuberculosis, la enfermedad del sueño o la malaria.  Las "pastillas contra el dolor ajeno" como las de la foto se venden realmente en las Farmacias al precio de un euro (en realidad son caramelos de menta). 

 Para esta campaña han contado con la colaboración desinteresada entre otros de Luis García Berlanga (su último gesto ante las cámaras antes de dejarnos), Alejandro Sanz, Andrés Iniesta, el grupo Estopa, Buenafuente, Eduard Punset… y la de Luis García Berlanga, que nos dejó hace unas horas y que demuestra de modo póstumo una faceta que no conocíamos de él: su generosidad.

Es bueno recordar que la publicidad tambíen puede cumplir el rol de acelerar la difusión de una buena iniciativa como esta.  ¿A qué esperáis?  ¡Yo ya me he comprado mis pastillas!

Saludos a todos.





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