Me he pegado una buena paliza estos días de (supuestas) vacaciones pero creo que ya he terminado.
"Creo" porque, aunque estoy empezando en esto de escribir, la otra vez y esta (es mi segundo libro) tengo la sensación de que no está listo. De que si lo reviso por enésima vez podré eliminar cosas insustanciales, meter otro ejemplo práctico o resolver alguna inconsistencia.
El perfeccionismo es una enfermedad preocupante que va unido a la exigencia que tenemos sobre nosotros mismos y los demás. Cuando tienes unas expectativas exageradas sobre los demás y sobre ti mismo actúas como esos monos que cazan en la India de modo incruento. De la siguiente manera: les ponen una jaula con un plátano dentro, el mono se aproxima y deslizando la mano entre los barrotes, coge el plátano, pero no puede sacarlo de la jaula porque no cabe entre los barrotes. Como el mono no quiere soltar el plátano por nada del mundo, los cazadores se acercan y le pillan fácilmente. Esta historia la he leído en varios libros y da que pensar. (Al menos a mí ;)
Debe ser verdad que venimos del mono.
Porque hacemos exactamente eso mismo en nuestras vidas diarias. La autoexigencia es un plátano que no queremos soltar, simplemente porque llevamos escrito a fuego desde pequeños en la cabeza lo que se supone que debemos ser. Debemos trabajar más, llegar más lejos, tener la relación perfecta, alcanzar el mayor éxito económico, la admiración de los demás.
Cuando la realidad es que la perfección no existe. Y el equilibrio (tu equilibrio) no consiste en correr más para llegar más lejos. Puedes correr, pero no llegarás a ningún lado, estarás corriendo en un círculo interminable y sin salida.
Tu equilibrio consiste realmente en correr menos, desear menos, frustrarte menos, comerte menos la cabeza.
Pese a que no me aplico mucho el cuento (soy un trabajador que vive en el centro de Madrid, no un monje del Nepal), creo que lo que sí voy a hacer es darle a guardar al documento y asunto arreglado.
Va a ser un enero movidito, con mucha formación, alguna conferencia en ciernes, y un puñado de proyectos prometedores en Pop Up.
Os deseo que os acerquéis lo más posible a la mejor versión de vosotros mismos en 2.011.
Saludos irreverentes.
2 Comments
A m me pasa lo mismo con la música.
Una composición y posterior grabación de una canción puede, si uno quiere, no tener fin. Siempre hay un redoble que se puede mejorar, siempre se pueden añadir violines y más coros, 2 baterías? por supuesto!
LLevo un año con 16 canciones para mi primer CD en solitario (junto con mi hermano Guillermo). Grabamos cada uno en su casa y vamos juntando las músicas y letras. Acabaremos en el 2011? No lo sé pero eso espero.
Javier, sacas tu libro en formato digital? A partir marzo/abril sólo leeré en mi Kindle y/o iPad2, así que ten en cuenta a los early adopters!
Suerte!
Gracias por comentar, Jorge. A menudo pienso que la actividad de escribir y la de componer y tocar se parecen mucho. Os deseo la mejor y que el currazo dé sus frutos. Re. el libro, postearé links en unas semanas.