La Sexta anuncia a bombo y platillo el comienzo de la versión española del exitoso reality show El Aprendiz, situando al publicitario Luis Bassat al frente. El programa enfrenta a 16 candidatos que compiten por conseguir un contrato laboral millonario en un puesto de dirección.
Desde el principio del verano, La Sexta ha jugado con los rumores sobre quién presentaría el concurso. Así, surgieron nombres de magnates como Florentino Pérez o Alicia Koplowitz, banqueros como Emilio Botín, mega-ejecutivos del pasado como Villalonga o Mario Conde e incluso el controvertido José María Ruiz Mateos.
Todos ellos me hubiesen parecido una mejor elección que Luis Bassat.
Me explico: las claves del éxito del programa en la NBC estadounidense (23% share, casi 30 millones espectadores) son tres:
– El liderazgo arrollador del multimillonario Donald Trump: uno de los empresarios más conocidos del mundo, dueño del emporio inmobiliario más grande de America, y la cadena de hoteles más grande del mundo (The Trump Organization).
– El enfoque arrogante, ácido y despiadado del programa: “you are fired” es la frase más conocida de Trump, cada vez que un concursante es eliminado. Programa y presentador son una misma cosa.
– Trump aporta durante el programa algunas de las claves que le ayudaron en su propia carrera.
El gran público no conoce a Bassat por su éxito profesional, sino fundamentalmente por su fijación por acceder a la Presidencia del FC Barcelona, cuyas elecciones ya ha perdido dos veces.
Ni la naturaleza de sus negocios ni su propio magnetismo personal me hacen esperar gran cosa de Bassat. No es un tipo popular fuera de la profesión publicitaria como lo puedan ser Botín o Florentino (bueno, no sé si alguien llegó si quiera a ofrecerles el programa), ni atesora la mezcla de glamour y perversión que hubieran aportado al programa Conde o Villalonga.
Creo que Bassat es más de admirar como publicitario que como empresario. Desde 1980 la agencia por él fundada es parte de una multinacional (Ogilvy) cuya dirección global marca la estrategia a seguir. Basta visitar su agencia, como he hecho varias veces, para darse cuenta de ello. Mi opinión es que eso le resta cotización como empresario, al menos en relación a Trump y a los otros nombres barajados.
Puede que me equivoque pero si es que el programa funciona, no creo que Bassat repita al volante en su segunda temporada.
3 Comments
Pues no puedo estar más de acuerdo Javier, pensé lo mismo cuando vi que era Bassat el Donald Trump de por aquí.
No sé cómo funcionará, pero desde luego que Bassat, aunque es muy buen comunicador, no da la imagen de un gurú español.
Ya veremos.
Gracias por tu mensaje Nacho. Por ir un poco más lejos, a mí Bassat me parece un dinosaurio de la antigua publicidad -irrelevante hoy día-, y ni por carisma ni magnetismo se puede comparar a lo que habría sido un Conde o un Vilallonga. Ellos sabrán…
Los que estamos en el sector lo conocemos bien pero es lo que dice Javier, no es u empresario paradigma de la conquista de altas cimas. carismático… en fin no se..